25/2/2011
Con varios legisladores dispuestos a dar debate, el camino hacia la despenalización del autocultivo de la marihuana cobra fuerza. Un asunto a definir es qué se entiende por consumo personal y cuántas plantas serán permitidas.
Así como se escuchan voces a favor u otras que piden mesura a la hora de tratar el tema, también hay quienes rechazan la propuesta. El senador nacionalista Jorge Larrañaga publicó hoy en su cuenta de Twitter que no está de acuerdo con el proyecto y afirmó que «en países donde se habilitó están de vuelta».
El debate se instaló en la sociedad y se traslado al Parlamento. El reciente procesamiento de dos personas por tenencia de plantas de marihuana encendió una vez más la discusión sobre la legalidad de cultivar plantas de marihuana para propio consumo.
El prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, dijo que antes de habilitar esta práctica hay que precisar qué se entiende por consumo personal. Admitió que hasta el momento se han generado algunas situaciones de inequidad, porque depende de cada juez definir la cantidad máxima de plantas que uno puede tener en su casa para que la práctica se convierta en ilegal.
Para el diputado blanco Luis Lacalle Pou -que el año pasado presentó el hasta ahora único proyecto de ley para despenalizar el autocultivo- la respuesta sobre la cantidad de plantas permitidas en el hogar es simple: no hay que fijar un número determinado.
«Si vos tenés una planta y la vendés, es tráfico. Si tenés 60 plantas y no las vendés, no es tráfico. No es cuestión de cantidades, no hay que ser tan conservador», explicó el diputado a El País.
Lo mismo opinan desde Pro Legal, una organización que desde hace un bien tiempo milita a favor de la legalización del autocultivo. «Es un tema complejo, pero lo ideal sería no establecer ninguna cantidad, que los jueces comprendiesen que hay gente que cultiva para su propio consumo», señaló Martín Collazo, integrante del movimiento.
El legislador socialista Nicolás Núñez, dijo a El País que la idea es «empezar a dialogar para tener una propuesta común, que nos permita rápidamente poner este tema en discusión en el parlamento y poder solucionar esta contradicción que hay en la ley».
Y al igual que los otros actores, señaló que «el gran punto» a discutir es establecer claramente qué es consumo personal y qué no.